Por Carlos Reyes. Reseña sobre la novela «Desierto, de Daniel Plaza, publicada en Expreso Nova 11.08.2018
Se trata de un libro poco habitual, como me gustan. El autor da voz a cuatro personajes que narran sus propias peripecias: El policía, el hombre del locutorio, la mujer de los mensajes y el narcotraficante.
Todas esas voces giran tangencialmente en torno a un opaco asesinato del que sabemos muy poco. Esas cuatro voces funcionan como fractales, como fragmentos de un todo mayor que es más importante que ellas mismas. Mientras esas voces, más informan de sí mismas, simultáneamente ocultan y opacan el relato primigenio, el de un asesinato cuya repugnancia apenas se atisba.
Desierto es una nouvelle que se sustenta sobre el detalle, tal y como una novela policial al uso, y aunque flirtea con el género en sus primeras páginas, rápidamente toma las medidas necesarias para despegarse completamente de los lugares comunes del policial para ir definitivamente en otra dirección.
Lo que a Plaza parece interesarle no es el enigma, ni siquiera su resolución, si no la precarización, el maltrato, la indolencia que padecen sus personajes, y logra dar cuenta de ello con gran economía, a lo largo de pequeñas situaciones, de frases al paso, dejadas caer como si nada, como migajas de pan en el camino, como las pistas de un policial heterodoxo.
El texto es un aterrizaje forzoso sobre las pistas del gran crimen social, de esa violencia cotidiana hecha de pequeños comentarios, de pobreza, inmigración, dolor, soledad e indiferencia. Y lo verdaderamente horrible no está en lo que esas voces nos cuentan, el horror está en lo que yace entre las palabras de esas cuatro voces, en lo que no dicen, en lo que insinúan, en el sustrato desde el que hablan, en sus silencios y omisiones.
Plaza es implacable en sus sutilezas, porque al voltear la última página nos ataca el mayor dolor de su lectura y es que es ahí donde nos damos cuenta finalmente que el maldito desierto de su ficción, ese infierno personal y colectivo somos nosotros, todos y cada uno de nosotros.