«La literatura chilena funciona con 4 o 5 escritores cada 5 años, que son los buenos»

Por Pamela Boltei. Publicado en El Mercurio de Valparaíso, 18.11.2016

pagina-26-_-el-mercurio-de-valparaiso_pagina_1«Uno no escribe para tener la aprobación de alguien. Hay todo un sistema que te influye. Acá el escritor que, de repente, se va a la transnacional no tiene esa consciencia de que da lo mismo una editorial o la otra si tu intención no es vender, no ser un best seller, por lo tanto la prioridad va por otro lado y en mi caso así fue. Lanzo mi nuevo libro en Valparaíso por un tema emocional», dice Gonzalo León, periodista y escritor chileno radicado los últimos seis años en Argentina, sobre las expectativas que tiene con su nuevo libro «Manual para Tartamudos» de la editorial porteña Narrativa Punto Aparte.

El libro habla de un chileno que huye a Argentina y, después de dos años comienza a redactar decenas de cartas para un destinatario que se niega a responder. En una suerte de monólogo incesante, el protagonista-emisor relata su rutina en el departamento que le sirve de refugio: ve capítulos repetidos de La Ley y el Orden, contempla la biblioteca imaginaria que acumula en un anaquel vacío que compró con sus pocos ahorros y describe su vida en el exterior. Durante sus andanzas, entabla relaciones imaginarias con la loca del barrio, con un hipotético travesti mexicano y con un tatuador paraguayo aficionado al fútbol, al porno y a la literatura. Un sacerdote estadounidense, relegado en un pueblo perdido en la selva, se convierte en el destinatario final de este afiebrado epistolario.

Pero uno de los aspectos más llamativos del libro es la forma de contar esta historia. Si bien se trata de una novela de ficción, su narrativa es totalmente autobiográfica, con un texto que mezcla el hablar rioplatense y chileno más criollo, dando al lector un acercamiento a este inmigrante que busca encajar en un país, sin terminar de despegarse del propio.

– ¿Cómo nace la historia de «Manual para Tartamudos»?

– Quería escribir una novela epistolar en 2009. Empecé a leer muchas cosas como una especie de obsesión y paralelamente a eso me fui a Buenos Aires a escribir otra novela. La terminé a los cinco meses y a los tres decidí quedarme, hice los trámites de residencia, y cuando me tocó hacer el trámite de migración me di cuenta que en ese momento y lugar no era escritor ni periodista, solo era un inmigrante y no me trataban bien. Me quedé allá y al término del primer año empecé a escribir unas cartas y así empezó esta historia.

– ¿De dónde nacen los personajes que mencionas en el libro?

– Antes hacía una especie de autobiografía, autoficción, y esto no tiene nada que ver con eso. Esto es ficción pura, no hay un referente en la realidad, ninguno de esos personajes está inspirado en alguien en concreto. Sí intenté hacer que todos los personajes principales fueran inmigrantes, entonces hay un mexicano, un paraguayo y más abajo un senegalés.

– ¿Por qué el título?

– A medida que lo estaba escribiendo pensaba ¿en qué lengua la escribo? ¿en el castellano chileno y uso el purismo chileno que yo antes escribía, con giros coloquiales chilenos; uso una lengua más internacional, como escribe mucha gente; o permito ciertos giros del castellano rioplatense? Ahí empezó la duda, si ponía pileta o piscina, porque se dice diferente, igual que el pito es porro, y el pene es pito. Hay una serie de cosas que no significan lo que acá, y yo decía ‘desde donde voy a escribir es una lengua tartamuda’, y me di cuenta que eso era re tartamudo y yo soy algo tartamudo también, y pensé que era bueno jugar con eso.

¿Qué expectativas tienes de su recepción?

– Uno no tiene que esperar nada. El circuito chileno está muy reducido, hay cuatro o cinco críticos, y no parece que estuviera pasando algo, y no veo por qué yo tendría que pensar que con mi libro va a pasar algo. No va a pasar nada, como con todos los libros que pasan por Chile. Mi decisión de publicarlo con Narrativa Punto Aparte es afectiva. Nací en Valparaíso, viví mi infancia y adolescencia en Viña del Mar. Mi abuelo y mamá están enterrados en el cementerio de Playa Ancha y decidí que si sacaba una novela en Chile iba a ser con una editorial de Valparaíso. No fue una decisión para tener repercusión. De hecho, yo publiqué una novela en una editorial argentina y tuvo más y mejores críticas que todos mis libros que he publicado en Chile.

– ¿Por qué pasa eso?

– No sé. Hay un modo, especulo, de funcionar en la literatura chilena que implica que hay cuatro o cinco escritores cada cinco años, que son los buenos. Después más abajo están los demás y hay consenso en la crítica en eso. Y eso en Argentina no pasa. Ni siquiera hay un consenso en nada, y acá los críticos o la prensa se colocan de acuerdo re fácil para tener cinco. Encuentro que eso es eludir una discusión estética y literaria porque esos cinco anda a llevarlos a otro país… no los pescan mucho. El único escritor que está siendo tomado en cuenta internacionalmente es Alejandro Zambra. Pero ojo, me parece que se está publicando muy buena narrativa en Chile, pero no sé si los críticos se den cuenta de eso, tampoco creo que les interese.

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Archivado bajo "Manual para tartamudos", Entrevistas, Gonzalo León

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