Breve y veloz

Publicado en The Clinic, jueves 26 de agosto de 2010, Nº358

Perros muertos, pájaros embalsamados y unos cuantos animales más conforman el absurdo zoológico fantástico de las «Variaciones sobre la vida de Norman Bates», de C.Faúndez. En cuatro de los cinco relatos del volumen son animales fallecidos, o presuntamente muertos, el gatillo para que la acción avance: en «Mujer imposible», a un devoto enamorado su indiferente amada le dice que será suya si es capaz de obrar el poco posible milagro de revivir un pájaro; algo similar ocurre en «Sopa de ancianos», pero aquí es un perro muerto el que revive espontáneamente y a su vez revive a su ama, a quien su marido lo único que quiere es ver muerta; para no ser menos, en el cuento que da el título al libro, vuelven los pájaros muertos para ser disecados, discutidos y admirados.

El uso de los animales como vehículos narrativos es algo propio de la fábula: allí están los gatos con botas, los lobos hambrientos, los cerdos estalinianos, las cigarras cantarinas y las hormigas disciplinadas. Representan todos los arquetipos sociales o cosmovisiones utópicas o deseadas; buscan, como todo el mundo sabe, entregar una máxima moral, una moraleja. Donde usar un modelo humano como representación directa podría ser grosero y banal. «La granja de los animales» no tendría mucho valor de llamarse «Las intrigas del Partido Comunista Soviético»-, proyectando por medio de los animales el narrador crea la distancia suficiente para que la historia se desligue, aunque sea por un instante, de la realidad más inmediata.

No son tanto fábulas los los cuentos de Faúndez como fabuloso el tono en que están escritos. A medio caballo entre lo maravilloso y fantástico, «Variaciones sobre la vida de Norman Bates» es breve y veloz (los cuentos todos están escritos en viñetas), y si bien no abundan las moralejas tipo Esopo, si hay una parodia consciente a la forma dentro de los mismos relatos. «Sopa de ancianos» lo abre una frase que no deja espacio para la duda: un anciano quiere ver muerta a su mujer, y su mujer lo quiere ver muerto a él, y sin embargo, una vez que uno de ellos ha visto satisfecho su deseo, su sopa pierde el sabor. Es tanto un final blando como una vuelta de tuerca, algo gruesa, a la moraleja.

El problema recurrente del volumen es que todo suena más o menos familiar. La influencia de Cortázar se manifiesta de manera epigonal. Es casi imposible obviar los pájaros embalsamados con el infame loro de Juan Emar. Los trazos de los ancestros surrealistas están repartidos por todo el volumen. Asi y todo, poco original y en exceso tributario, «Variaciones sobre la vida de Norman Bates» es legible, ligero y agradable.

** Escrito por Tal Pinto, disponible en The Clinic

The Clinic, publicado en issuu.com

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Archivado bajo "Variaciones sobre la vida de Norman Bates", C. Faúndez, Crítica

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