Historias como esquirlas

Por Gaspar Santander, publicado en La Estrella de Valparaíso 02.07.2014

critica random estrellavalpo 02072014No son pocos los autores que han recurrido a la escritura fragmentaria para crear obras que apelan a lector como un agente activo en la construcción de la obra. En efecto, las elipsis intencionadas así como el caos lógico-temporal han sido empleados en la literatura y en el cine para plantear obras que sacuden los cánones más tradicionales de sus respectivos géneros. Algo de esto es lo que propone el escritor ariqueño Daniel Rojas Pachas en su novela “Random” (Narrativa PuntoAparte), pero su apuesta estética avanza por caminos mucho más arriesgados que los ya transitados por sus antecesores. Pues, más que romper únicamente con la linealidad y la secuencialidad, la obra de Rojas Pachas quiebra el concepto de relato e irrumpe como un puño que atraviesa múltiples planos de la realidad literaria.
Lo “randómico” tiene que ver con lo aleatorio, con el azar, e incluso con lo raro o inesperado, en otra de su acepciones. En la novela, el concepto apela a esa función de los reproductores digitales que permite escuchar los tracks en un orden aleatorio -de hecho, cada capítulo está titulado con el nombre, intérprete y duración de una canción-. Sin embargo, posiblemente aquí el concepto “random” se asocie mejor con una triquiñuela informática que permite generar infinitos números aleatorios dentro de un programa, de la misma forma que, en este libro, cada fragmento permite crear nuevas e inesperadas combinaciones literarias.
Estas combinaciones son las historias que, como esquirlas, se clavan en la columna vertebral de la novela: un relato en primera persona, intimista y personal, acerca de un hombre en permanente tránsito, que recorre sus memorias de una infancia sobreprotegida y alimentada por los monos animados y la TV;su difícil trance hacia la adultez; y su encuentro descarnado con la literatura.
Sin aviso previo, fragmentos de otras historias van atravesando la trama principal. Los registros son sorprendentes y variados, y la ausencia de puentes o conexiones entre una y otra obliga al lector a ser dúctil y ágil para moverse entre distintos planos narrativos. Así, aparecen la alucinante historia de Rodion y Juan, una pareja de hermanos obsesionados por la violencia y el sexo;fantasías de ciencia ficción de corte político;y un par de relatos de género policial: uno sobre un traficante que ofrece una mercadería codiciada, pero que nunca conocemos, y otro sobre un policía que intenta resolver un sórdido crimen. Mención aparte merece el microrrelato de un anodino sujeto, guionista de cine frustrado, adicto al porno y engañado por su mujer, de quien se puede llegar a pensar que es el verdadero articulador de todas las demás historias. Porque, a pesar de que están situadas en distintas coordenadas y registros, estas tramas aleatorias tienen algo en común, un hilo que atraviesa la memoria bombardeada de varias generaciones crecidas al alero de familias desencajadas, sueños rotos y mucha cultura pop.

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Archivado bajo "Random", Crítica, Daniel Rojas Pachas

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