Por Homero Bañados, publicado en El Policlínico de los libros, La Estrella de Valparaíso
¿Por qué no aparecen cuentos de algún inmigrante en Chile? Me hago la pregunta después de leer los cuentos de “Así es como la pierdes” de Junot Díaz (editorial Mondadori) y de “La ciudad de los hoteles vacíos” de Gonzalo Baeza, recientemente publicado por la editorial porteña Narrativa Punto Aparte. Ambos libros coinciden en relatar la experiencia de latinos en Estados Unidos (EE.UU). La forma de contar es la que hace la diferencia.
A Junot Díaz (dominicano, 1968, radicado en Estados Unidos) lo conocemos por la “La maravillosa vida breve de Óscar Wao”, libro que le abrió puertas en Estados Unidos y que expone el bullying de un nerd dominicano. Junot Díaz mantiene la copiosa y original jerga dominicana en “Así es como la pierdes”. Son cuentos sobre las relaciones amorosas entre inmigrantes. En una atmósfera de erotismo soft, el narrador muta entre hombre y mujer para contar historias donde el cuerpo y en general el sexo son entradas que el inmigrante dominicano tiene para posicionarse en EE.UU. Entonces la belleza exótica es una manera de sobresalir dentro de la comunidad y el sexo una especie de narcótico para olvidar la carencia de oportunidades, en un país donde el estatus social lo marca la raza. En estos cuentos podemos encontrar cosas como la especie de fábula de una chica que al imbuirse en la droga pierde su belleza. En los textos hay cierta moralina que molesta y un machismo vigoroso que podría consumirlos al olvido. Una lectura más generosa con este libro es que exhibe la realidad de una comunidad de inmigrantes que busca sobrevivir. Me quedo con esta última idea.
En la escritura de Gonzalo Baeza (chileno, 1974, radicado en Estados Unidos) no hay espanglish, inglespañol, espanglé como en la de Junot Díaz. Los personajes de Baeza no andan preocupados de follar para sobrevivir, sino que se ganan la vida de distintas maneras –algunas ilícitas- en pueblos pequeños. Baeza deambula por pueblos parecidos a los de la película “Nebraska”, de Alexander Payne. Son pueblos chatos y perdidos que exhiben el rostro agreste del país del norte. Hay melancolía en las descripciones de Baeza; también podemos hallar la tensionada relación entre latinos y gringos. En cuanto a forma, los relatos de Baeza más bien parecen tener más similitud con textos de escritores gringos, como John Cheever y en especial Richard Ford, que con otros especímenes latinos.
Ambos libros incentivan a reflexionar sobre nuestro país mirado con ojos extranjeros. Faltan: un peruano que escriba su experiencia de Santiago o un colombiano que lo haga sobre el norte de Chile, especialmente de Antofagasta. Faltan escritores inmigrantes en el país. Seguro que cuando uno se anime nos veremos de otra manera.