Archivo de la etiqueta: «Gracias»

Reseña de «Gracias», de Pablo Katchadjian

Por Emiliano Fekete, publicado en Loqueleímos

 

portada gracias-katchadjian 2 (1)En una isla y un tiempo indefinibles, con registros claros de un presente ucrónico o de un futuro cercano y cierto tufo rioplatense, Aníbal, el dueño del castillo que domina el puerto principal, compra una partida de esclavos. Entre ellos, al protagonista de Gracias, esta nouvelle que tiene pocas ínfulas pero a la que no le faltan simbolismos.

Este protagonista sin nombre, quien cuenta su propia historia, es tomado por Aníbal como su esclavo doméstico, categoría singular de la esclavitud donde el «yo» del cautivo se funde con el «tú» del amo para volverse un «nosotros» tan simbiótico como perverso. Esclavo este que vive bajo el mismo techo que su amo, goza de sus comodidades, come de sus sobras y hace más o menos lo que le venga en gana siempre que cumpla con los dos deberes para los que parece haber sido adquirido: uno implícito, el de ser depositario eventual del humor sádico de su dueño; y uno explícito, el de ejecutar en los galpones del castillo una serie de labores abominables que nunca se describen:

Entré y sentí ganas de llorar al entender lo que se me pedía. Me arrodillé en el suelo, apoyé la cabeza contra la tierra y canté, en voz alta, la única plegaria que había aprendido de chico: “Por favor, Dios, ayúdame a superar las incongruencias”. Cuando terminé de rezar me sentí un poco mejor y me dispuse a trabajar como un cerdo en medio de la putrefacción. Al principio iba muy lento, asqueado por el olor; dos o tres veces vomité y creo haberme desmayado una o dos veces. De a poco, sin embargo, me fui olvidando de lo que hacía y empecé a actuar mecánicamente.

Sigue leyendo

Deja un comentario

Archivado bajo "Gracias", Crítica, Pablo Katchadjian

Delirios de 2 argentinos publicados en Chile

Por Rodrigo Hidalgo. Publicado en El Guillatún

portada gracias-katchadjian 2 (1)Antes de entrar al detalle de cada uno de estos libros, me detendré brevemente en la singularidad del que me parece un muy positivo síntoma de apertura de fronteras. Me refiero al hecho de que las pequeñas editoriales independientes estén publicando a autores extranjeros. En esta misma columna ya me he referido con anterioridad a un par de escritoras que han publicado en Chile siendo que para el lector promedio deben resultar perfectas desconocidas: la boliviana Liliana Colanzi y la nicaragüense María del Carmen Pérez Cuadra. El lector me disculpará que ahonde en esto, pero me parece sumamente relevante.

¿Por qué una editorial debería interesarse en publicar a escritores extranjeros que ni siquiera en sus propios países son grito y plata? Estamos hablando de una industria, de un mercado, y es comprensible que ningún editor, que arriesga e invierte capital, quiera salir perdiendo, ¿no? Entonces según los axiomas básicos del emprendedor neoliberal, un editor con buen ojo, un buen editor, vendría a ser uno que prefiera siempre «sandías caladas». Los autores extranjeros que usted conoce, por ejemplo las famosas E.L. James y sus 50 sombras de Grey, la saga de J.K. Rowling (Harry Potter) o la de Stephenie Meyer (Crepúsculo), todas ellas son traídas a Chile por consorcios editoriales internacionales. Pero cualquier editor chileno, habida cuenta de los bajos índices de lectura, del IVA que encarece aún más el acceso al libro, y etc. etc. debería pensarlo dos, tres y hasta diez veces antes de arriesgarse y publicar a cualquier escritor que no sea medianamente conocido, sea del país que sea. Claro que si el autor es chileno por último tendrá familia y amigos para que compren su libro. Pero si es extranjero no hay ni eso. LOM hace unos años ya que corrió el riesgo publicando a la antillana Jamaica Kincaid. Ojo que hablamos de una Señora Escritora, con varios premios internacionales de peso a su haber. ¿Y? ¿Habrá agotado LOM esas ediciones? Con dolor lo digo: lo dudo. Jamaica Kincaid es excelente, tremenda, impresionante. Si puede, vaya y compre lo que encuentre de ella en LOM, me lo va a agradecer. Pero lo que me interesa que visualice, estimado lector, es el funcionamiento de este sistema de circuitos. Temerosos de perder plata, los sellos editoriales sacan cuentas y si publican a un autor, más vale que se conozca masivamente en el país en que se distribuirá su libro, que tenga asegurada una determinada venta. En ese sentido acaso Isabel Allende sea la única escritora chilena que tiene distribución en todo el mundo, porque su literatura se vende como «el último éxito de». Pero lo desafío: vaya a Perú o a Bolivia y trate de encontrar un libro de Alejandro Zambra o de Álvaro Bisama. Porque publicar con un sello grande, con una transnacional como Anagrama o Random House-Mondadori, en realidad es publicar con la sucursal chilena de cada casa. No es sinónimo automático de internacionalización, para perjuicio y lamento de los escritores, obviamente. ¿Ha leído usted a algún escritor paraguayo actual, o conoce a alguno de los jóvenes que están siendo publicados por Alfaguara-Colombia, por ejemplo? ¿Sabe usted quién es Daniel Alarcón? Esos autores y sus libros, no llegan a Chile, porque las editoriales grandes saben que en Chile apenas se lee, que el mercado es ínfimo. Entonces, ¿por qué una editorial, chica e independiente más encima, corre el riesgo de publicar en este país de tan pocos lectores, a escritores extranjeros que ni siquiera tienen cartel de fama acreditada? Le digo por qué y con esto dejo de dar la lata: porque no venden sandías caladas, ni «el último éxito de», no buscan consumidores. Venden libros, buscan lectores. Y un lector, mientras más lee, más quiere leer, sea de donde sea el autor. Curiosidad intelectual se llama. Y como dice el adagio, eso no tiene precio. Sigue leyendo

Deja un comentario

Archivado bajo "Gracias", Pablo Katchadjian

Crítica de «Gracias», por Carlos Henrickson

Publicado en Revista Lecturas 03/02/2014

portada gracias-katchadjian 2 (1)La entrada de toda literatura hacia una zona de sombra -en que su falta de necesidad parece haber sido decretada y cumplida a lo largo de todo el campo cultural- es una realidad ya hace tiempo en buena parte del mundo, bajo el aplanamiento globalizante de la sociedad espectacular. La crisis bien puede ser experimentada en el semicoma de la narrativa chilena, que en su rama más visible continúa buscando sacar frutos nuevos de procedimientos ya rehechos, y este pasmo se debe, bien probablemente, a lo avanzado del proceso social e ideológico de degradación simbólica. El entorno cultural argentino, más resistente a estos vientos de sequía dada la fortaleza histórica de su cadena de transmisión cultural, hace ya tiempo que tomó la conciencia de esta zona de sombra, en buena medida merced a las intuiciones de un Macedonio, un Borges o de un Bioy, y generó los desvíos necesarios para esquivar la amenaza del sinsentido total de la autorreferencia. Sigue leyendo

Deja un comentario

Archivado bajo "Gracias", Carlos Henrickson, Crítica, Pablo Katchadjian

Escritor argentino Pablo Katchadjian llega a la Feria del Libro de Santiago

El autor de la novela “Gracias” conversará con otros autores en los Diálogos Latinoamericanos y leerá parte de su obra.

INVITACION_PABLO KATCHADJIAN_FILSA2014Es uno de los escritores de la llamada nueva narrativa argentina, una generación de autores nacidos entre los ’70 y ’80 que ha renovado la tradición literaria de ese país. Pablo Katchadjian (Buenos Aires, 1977), escritor y editor, llega esta semana a Chile, para participar como invitado de la Feria Internacional del Libro de Santiago, FILSA 2014.

Katchadjian, autor de “El Aleph engordado” y de la novela “Gracias” –su primera publicación en Chile, recientemente editada por Narrativa Punto Aparte-, participará en la cuarta versión de los Diálogos Latinoamericanos, junto a otros escritores del continente, y además realizará una lectura de fragmentos de su obra. Sigue leyendo

Deja un comentario

Archivado bajo "Gracias", Pablo Katchadjian

“Gracias” de Pablo Katchadjian: La esclavitud atemporal

Por Joaquín Escobar. Publicado en ojoentinta.com

Slavery

Detalle del The American anti-slavery almanac (1836).

Hace un par de semanas Diego Zúñiga comentó en las redes sociales lo maravillado que estaba con la narrativa argentina actual. Un desembarco encabezado, entre otros, por Selva Almada, Federico Falco, Hernán Ronsino y Mauro Libertella. A este grupo de cracks, y con la diez en la espalda, le sumo a Pablo Katchadjian, quien con su novelaGraciaseditada en Chile por Narrativa Punto Aparte— está tirando caños y gambetas en la escena literaria actual.

Gracias es una novela que, al igual que la película “Pandillas de Nueva York” y la brillante Middlesex de Eugenides, comienza en un puerto. Allí arriban grupos de esclavos que son seleccionados y comprados por inescrupulosos oligarcas. Uno de ellos, de quien nunca sabremos su nombre, es vendido y sometido por su patrón a realizar degradantes y repugnantes trabajos.

Es tal el nivel de humillación que en la novela nunca son profundamente descritas sus labores: “Al principio iba muy lento, asqueado por el olor; dos o tres veces vomité y creo haberme desmayado una o dos veces. De a poco, sin embargo, me fui olvidando de lo que hacía y empecé a actuar mecánicamente”.

Apreciamos una descripción que apunta a lo corporal pero nunca a la ejecución misma del hecho. Walter Benjamin sostuvo que aquellos que vivieron la crueldad de la guerra volvían en silencio porque aquel trauma les había robado la experiencia. Tal teorización es endosable al esclavo. Las palabras no pueden narrar el horror de lo vivido, por ello mismo su sometimiento sólo es descrito superficialmente: ante ello los vocablos quedan estáticos. La cotidiana guerra unilateral a la que es sometido lo cosifica, deshumaniza y le hurta su experiencia. Nada le pertenece. Sigue leyendo

Deja un comentario

Archivado bajo "Gracias", Crítica, Pablo Katchadjian