Archivo de la etiqueta: Juan José Podestá

“Isla Podestá”, de Juan José Podestá

Por Javier García Bustos

“Mientras la literatura se vuelve más y más comercial, la ‘verdadera’ literatura está destinada a tomar formas cada vez más personales y oscuras hasta que finalmente sea legible sólo para un grupo reducido de personas sensibles”, es la frase de la escritora Anna Kavan que aparece a modo de presentación en Wikipedia.

Por supuesto que googlé su nombre, el de esta escritora inglesa, nacida en Cannes, Francia en 1901, cuando esta semana, el narrador chileno Antonio Gil la citó en su columna titulada “Islas fantasmas”, de Las Últimas Noticias, donde señala que la escritura, el tono, de Anna Kavan le recuerda el de la novela “Isla Podestá”, de Juan José Podestá. Kavan vivió múltiples vidas y se volvió experta en naufragar y en fracasar: fracasó lo más que pudo hasta la ruina y la locura.

“Isla Podestá habría sido el emplazamiento de un campo de concentración retorcido y abyecto”, comenta Antonio Gil en la mencionada columna. ¿Cuánta realidad hay en esta historia? ¿Qué es ficción, qué es verídico? Son preguntas que aparecen frente a esta notable narración, que nace desde la obsesión y avanza por los caminos de la reflexión, la memoria, la fantasía y la historia de Chile.

Sigue leyendo

Deja un comentario

Archivado bajo Isla Podestá, Juan José Podestá

«Mar»: lee aquí un extracto de la novela «Isla Podestá», de Juan José Podestá

Me demoré meses en decidirme. Me paseaba por la pieza como malo de la cabeza. A ratos me daba pánico pensar que, siendo manco, sería imposible empezar una búsqueda. Y me ponía a llorar. Fueron meses bien angustiantes. Gracias por el agua, está heladita. En algún momento no salía de la pieza porque pensaba que, si lo hacía, tomaría el bus al pueblo y empezaría al fin con las investigaciones. Entonces no salía y me quedaba dando vueltas en círculos por la pieza, escuchando una radio de esas que llaman del recuerdo. Miraba por la ventana de la habitación, a la que le decía mazmorra, y observaba la cordillera pensando en qué lugar estará mi hermana, dónde chucha estará. ¿La habrán matado en esa isla? ¿Se habrá escapado para desaparecer? No sé. Supe de personas que escaparon de Podestá, pero todos salían locos, mutilados. Alguna vez me buscó un tipo al que le decían “Pájaro” Artaya y me dejó nocaut. Me contó cosas horripilantes. Dijo que mi hermana se había enamorado de un capitán, pero después no supo qué pasó con ella. El tal “Pájaro” murió, lo estaban siguiendo, me dijo, eso me contó, que lo seguían. Yo pensé que estaba loco, y de hecho lo estaba, pero ahora sé que muchas cosas de las que contó eran ciertas, o eso quiero creer. Muchas cosas, qué sé yo, que la Isla Podestá había sido un campo de tortura terrible, el más terrible del país, y prácticamente todos los que llegaron allí fueron masacrados, no torturados, masacrados, y asesinados de la peor forma posible. Algunos pocos escaparon, pero desaparecieron, se convirtieron en espectros que deambulaban o aún deambulan por la ciudad. Espejismos, eso me dijo, esa palabra usó, porque no eran ya humanos, no tenían nombres, ni edad, ni familia ni amigos. Eran fantasmas por las calles. Y quizás eso le había pasado a mi hermana, se convirtió en un fantasma, en un espectro que ya nadie reconocía.

Lee aquí el capítulo «Mar», de «Isla Podestá», la más reciente novela del escritor iquiqueño Juan José Podestá

Deja un comentario

Archivado bajo Extractos, Isla Podestá, Juan José Podestá

Escritor sale en busca de una isla fantasma que lleva su nombre

El iquiqueño Juan José Podestá lanza su novela “Isla Podestá”, un texto que recrea la historia de un campo de prisioneros en un remoto territorio y, a la vez, recoge las huellas de una obsesión por hallar este elusivo territorio.

“La isla es pequeña. Podemos compararla con el tamaño de un pueblo de mil habitantes, o menos. Sus costas son escarpadas, sucias, con arenas negras y muchas rocas. La forma general de la isla es como la de un óvalo imperfecto, o un trozo pronunciadamente irregular de pizza”, dice en el libro Juan José Podestá, personaje y a la vez autor de la novela “Isla Podestá”, que este mes presenta el autor iquiqueño, en conjunto con editorial Narrativa Punto Aparte.

Su descripción puede ser cierta o ficticia, simbólica o literal, porque nada está meridianamente claro en torno a esta enigmática isla perdida en el Pacífico. Algunos antecedentes señalan que la isla Podestá fue descubierta en 1879, a unos 1.600 kilómetros de la costa de Chile, por un marino italiano de apellido Pinocchio, que capitaneaba el barco Barone Podestá. Fue así como el navegante nombró a este desolado islote y describió sus coordenadas a las autoridades costeras de su país. Isla Podestá ingresó, entonces, a las cartas náuticas internacionales, pero para 1935 desapareció de los mapas oficiales, pues nunca más nadie pudo encontrarla. Ni siquiera una expedición de la Armada de Chile, que rastreó el océano en busca de este elusivo islote.

La isla Podestá desapareció de los registros, pero no de la memoria. Se transformó en algo así como una leyenda; su ubicación fue cambiando con el tiempo a través de los relatos, aparece y reaparece en textos de sucesos extraños y hasta inspiró la realización de un reciente documental en Europa.

En Chile, más específicamente en Iquique, el escritor nortino Juan José Podestá, que lleva casualmente el mismo nombre que la isla, inició también una búsqueda, personal y literaria, de esta “terra ignota”, y el resultado es “Isla Podestá”, segunda novela del autor, quien integra el canon de escritores de la macrozona norte del país.

En la novela, la isla Podestá es un recóndito paraje donde funciona un cruel campo de prisioneros políticos. Allí, una situación inquieta a presos y guardias: una detenida sostiene una inclasificable relación con uno de sus captores. Años después, esta mujer ha desaparecido y su hermano trata de reconstruir su paso por esta isla, de la que pocos han logrado salir. En la novela, la isla también es el lugar que obsesiona a un escritor, Juan José Podestá, quien sigue pistas ciertas y falsas, visita faros e islotes, revuelve archivos, escucha testimonios y recibe enigmáticas señales que lo guían hacia el objeto de su obsesión.

Sigue leyendo

Deja un comentario

Archivado bajo Isla Podestá, Juan José Podestá

Una literatura trocha

Por Juan José Podestá*

Trocha se define en cualquier diccionario como “Camino estrecho, especialmente el que sirve de atajo”. También como “vías ilegales” para cruzar de una zona a otra. De un país a otro. Pero qué va, ya que estamos: trocha también puede significar pasar de la legalidad a la ilegalidad; podría significar un rodeo por un camino tan angosto como una vía férrea, como también definen algunos textos la mentada
palabra. O simplemente contar algo de forma lateral.
De alguna forma, «Trocha», de Rodrigo Ramos Bañados (Editorial Narrativa Punto Aparte, 2021) es también un tránsito entre varias narrativas sobre la migración: es crónica sobre inmigrantes; es álbum con imágenes personales y extranjeras, compilado de entrevistas a seres humanos que lo dejaron todo por venirse a un país que probablemente se imaginaron muy distinto.
El nuevo libro del periodista Rodrigo Ramos Bañados interesa por dos aspectos: es una mirada coral sobre el tema migratorio; y es un texto en el que se entrecruzan -como en un paso fronterizo conceptual- diversos discursos y formas para “mirar” con ojos nuevos el tema.
Respecto del primer ámbito, el autor no sólo se fijó en lo minúsculo, en lo personal, sino también en lo espacial. Abundan en Trocha notables descripciones sobre paraderos de buses, caminos fronterizos, cuerpos importados de Venezuela, Colombia u otro país. Lo espacial cobra especial importancia
en este libro, por cuanto, nos viene a decir el periodista y escritor, desde ahí donde tiene lugar “lo” extranjero. Es en la dimensión material del hombre y su deriva por el mundo, en donde se concretizan los dramas y tragedias ya sea multitudinarias o íntimas. En este sentido, «Trocha» es un viaje por el espacio fronterizo sudamericano, una «Odisea» ya no atribuida a un Homero ciego, sino a un inmenso grupo de
seres humanos que trajinan las secas tierras del desierto más árido del mundo para llegar a un rincón en que a veces todo puede ir mal.
El drama humano en este texto se multiplica cual fractal, para dar cuenta de un nítido y a la vez opaco fresco de las desventuras de tanta familia sudamericana. Es un libro que nos habla desde una coralidad de voces, que cobra fuerza con cada testimonio y cada reflexión.
En relación al segundo aspecto, «Trocha» va ruteando con el lector no ya sobre testimonios de mujeres -sobre todo mujeres- inmigrantes, sino que configura una narrativa “extranjera”, en el sentido que no desdeña ningún material para construir un relato: le sirven entrevistas, conversaciones con sociólogos, relatos de viaje, comentarios personales. Creo que este aspecto es lo que fascina del libro: su vocación de trocha, de camino secundario, de atajo, vía estrecha o paso ilegal. Ramos Bañados echa mano de lo que
le sirve para contar una historia, muchas historias, de forma tal que el libro se lea no ya como una sofisticada road movie, sino como el avance multicolor de cientos de desplazados pobres de su país a otro. Es un libro de viaje, pero de un viaje real, un viaje herido, una travesía penosa y desamparada. Un viaje pobre. En «Trocha» no caben especulaciones sobre un viaje existencial o pequeñoburgués,
sino que más bien se abre paso entre el basural, el desierto y el clima despiadado. Otra vez el espacio.
«Trocha» se vuelve un texto mimético en cuanto su escritura es migrante, por cuanto avanza por diversas manufacturas escriturales, diversas operaciones narrativas, logrando encajar perfectamente con el tema que lo impulsa. Una escritura migrante, de contrabando, ilegal si se quiere, que opta por no embarcarse en discursos prefabricados o transitar por una exclusiva vía escritural, y en cambio prefiere salirse de los márgenes narrativos para zigzaguear por una literatura trocha que evita lugares comunes o anacrónicos
folclorismos. Qué alivio.
El hilo conductor es el relato del narrador, que a cada tanto emerge casi como de contrabando en el texto, donde las voces de los migrantes se imponen sobre otros aspectos. Esa ida y venida entre lo externo y las impresiones internas, brindan espesura y sustancia a este texto. Pero también otorga
equilibrio y diversidad narrativa.
Escribe Ramos Bañados: “Regresamos a Antofagasta de noche. No vemos migrantes por el oscuro camino de la costa, salvo en la aduana, donde hay varias carpas armadas. Subo a tres migrantes. Nos apretamos. Me siento un coyote. La historia es ya casi la misma que la mayoría: atravesar trochas. A estas alturas, a dos semanas de viaje desde Maracaibo, no queda dinero. Cuando pasamos por Mejillones, de noche, ellos se sorprenden. La industria eléctrica chisporrotea colores como un gran árbol de pascua en medio del desierto. Es un paisaje surrealista. Raro. Marciano. Nos bajamos del auto. Abrimos unas latas de cervezas. Varias cosas se nos pasan por la cabeza. La Navidad. El petróleo. La industria. El cobre.
Sobrevivir. Sudamérica es similar, concordamos, y hablamos del sueño de Bolívar, de la marcha por la independencia hasta el confín sur de Sudamérica”.
«Trocha» es trocha. Y viceversa.

*Juan José Podestá, escritor y periodista iquiqueño, autor de «Novela negra», «El tema es complicado», «Playa Panteón» y «Derecho de propiedad».

Deja un comentario

Archivado bajo "Trocha", Rodrigo Ramos Bañados

Lecturas en cuarentena: «Playa Panteón (la vida de Juanito Malaparte)», de Juan José Podestá

Un forajido se dedica con tierna paciencia a cuidar a su abuela moribunda, a la espera de la llegada de su verdugo. Un equipo de cineastas parte al norte de Chile tras la huella del oscuro pasado de una legendaria actriz. Dos estrellas de Hollywood se convierten en asaltantes de bancos en una desopilante fábula ambientada entre los casinos y puteríos de Tacna. La venganza, la violencia, la huida y la posibilidad de reinventarse en una vida nueva son los temas que aborda “Playa Panteón”, tercer libro del escritor iquiqueño Juan José Podestá, que se inserta en la corriente del relato noir chileno.             Ambientados entre el desierto y la frontera, y en clave de homenaje al cine, estos relatos hermanados por el crimen y la provincia transportan al lector hacia tramas intensas, violentas y apasionadas, a veces teñidas de humor y otras, de una quieta amargura.

En el cuento que cierra el volumen, «Playa Panteón (la vida de Juanito Malaparte)», un presidiario relata desde la cárcel, con la satisfacción del deber cumplido, los detalles de su cruel revancha en contra del militar que le arrebató su infancia en una desolada playa de arenas negras en Tocopilla. Lee aquí el texto completo de  La vida de Juanito Malaparte.

 

portada playa panteon (1)

Deja un comentario

Archivado bajo "Playa Panteón", Juan José Podestá